Ojos de Pan: La hora de la merienda

Ojos de Pan

Un ojo de pan

en un árbol de

plastilina.

Un lienzo vacío.

Partituras de notas

rotas.

Busco un lugar

donde

esculpir palabras

levantando

palacios de cristal,

cisnes de agua,

cerezos con bellotas

de los

que pastan toros

rojos.

Cascadas separan

dos mundos

que gravitan en el

aire.

Más allá no hay

nada. (negro y frío)

El mar, en lo alto,

suspendido

se une con el cielo,

y son los

pilotos los que

pescan corderos;

náufragos de añil

firmamento salino.

El sol es un bolindre

verde diamantino.

En el centro de

ambos mundos

hay sendos lagos

que llenaron

de leche roja para

recordar

las masacres de

otro mundo muy

lejano.

No te miento amigo
mío, no te miento.

Cada vez que por la
noche visites
a Morfeo, ya se
encargará de
enseñarte
lo que cuento.